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Meñacoz. La Lancha

A Meñacos íbamos en lancha.  Por el acantilado de Barrika era muy complicado y escarpado, se tardaba mas y había peligro de caerse.  Lo primero que hacíamos mi  mejor amigo Nacho, dueño de la lancha y yo, era ir a la gasolinera de Regoyos, con un bidón de plástico de 5 litros para llenarlo de gasoil industrial; el mas barato a 0,25pts. el litro (el gasolinero, miraba para otro lado, porque solo podía vender a vehículos de trabajo y lo nuestro, claramente era ocio) para el motor fueraborda Seagull de la lancha.  Después íbamos a por el carro de remolque náutico, que estaba en su casa.  Aquella casa, muy grande y de diseño vasco francés, se coronaba con una magnifica torre. Tenia 3 pisos y la torre. Por las desvencijadas escaleras hasta la torre, subíamos y bajamos correteando, Nacho , Alfonso, Iñigo, Michí, Rafa, Borja, Alf... o Jeringa, Michi, Mini, Escu, Cavero, Veneno, Zubi, Rafilla , --nuestros motes- además de los 9 hermanos que habitaban la casa.  Alli y en su inmenso jardín, pasá

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Una potente luz ilumino mi habitación. El rayo y el resplandor proyectaron sobre la pared, sombras de cosas reales y menos reales. Unos segundos después, el  trueno hizo temblar los cimientos de la casa en Javea, desprendiendo un poco la cal de las paredes.  Teníamos la tormenta encima. Otra vez la gota fría. Volvería a pasar; la lluvia torrencial inundaría las carreteras y se iba a complicar la vida para todos. Toc, toc, toc. Los golpes repetitivos en el cristal de la ventana, junto con las sombras que había visto comenzaron a inquietarme. Me erguí y sentado en el borde de la cama, me levante a encender las luces para cerrar bien los postigos y comprobar que nada estaba fuera de su sitio, que estaba solo y que nadie golpeaba puertas ni ventanas del cuarto. Ahora: Los chorros caen sobre las sillas de hierro de la terraza. Ya soy consciente del tiempo, del momento, estoy presente en esta realidad de resplandores, ruidos ensordecedores del agua golpeando los cristales, cayendo furiosamen

La lancha. El snipe.

Una mañana de Octubre, Rafa, Nacho y yo, salimos en el Snipe a hacer un poco de vela por el Abra. Era un día,  que como otros,  sacábamos el barco y regateábamos entre amigos del Marítimo , siempre dentro del Abra  Las regatas mas largas, los triángulos, hasta Ciervana y eso, llegaron un año después , con los Zapiontzi, Machichacos, barcos mayores  y con nosotros, haciéndonos, también, mayores.  Aquel día, nublado y con viento que daba tormenta, navegábamos haciendo bordos, hacia el Marítimo. Todo iba bien, el viento hinchaba la mayor y el foque y empezamos a ceñir.  Delante de Arriluze, nos sorprendió una racha y la ceñida se hizo mas fuerte cazando las velas, Pablo y yo el foque y Txomin la mayor, hincando la caña y la proa.  Para navegar mas rápido, Txomin levanto un poco la orza, sacándola de su guía. el bordo y la proa arrancando espuma rabiosa y marrón del mar, los tres disfrutando de la velocidad. El viento y las gotas de agua nos mojaban un poco. No largábamos trapo y en proa s

Que stress 2!!!!

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Dichos y Lenguaje

Se ha encontrado con la suela de sus zapatos.  Estoy entre la espalda y la pared. No esta el horno para pollos... Cuando lo que se quiere decir es confuso, suele pasar, que , la forma en la que se dice, atiborrada , trufada de frases huecas y a menudo incorrectas, hace ya incomprensible la comunicación.  Si se hubiera utilizado un lenguaje simple, con frases directas y sencillas, el mensaje llegaría. También hay frases o palabras muleta, indiosicrasia, por ejemplo.  El lenguaje inclusivo, es ya una modalidad en si misma. Las insensateces de utilizar ellos y ellas o elles (Rompiendo la lengua española con siglos de historia provechosa) o presidente y presidenta o tantas otras, hace irrisoria la comunicación y el publico , se parte de risa con esas expresiones, dichas por los padres de la Nacion en el congreso o en sus apariciones publicas. Porque en privado, nunca se usan. La no discriminación, nada tiene que ver con la incorrección del lenguaje.  A medida que escribimos con un portátil

Echame una mano, que me agobio. Un vinito

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Échame una mano, que me agobio  

Bob Dylan

 Escucho a Dylan, en su ultimo disco de este año pandémico.  Suena muy bien; siempre suena muy bien Dylan.  Ahora  su voz cascada y arrastrada como siempre me hace vibrar en el blues. Lamentos literarios y rasgueos , un tapiz muy suave que envuelve los instrumentos. Música viva Viene bien, después de tanta música suave y reflexiva. La clásica, que calma el desorden mental y el vértigo interior. Se rompen las cascaras y uno se derrama en acción, en la punta de los dedos, la pintura y el collage .