Vacaciones

Una potente luz ilumino mi habitación. El rayo y el resplandor proyectaron sobre la pared, sombras de cosas reales y menos reales.

Unos segundos después, el  trueno hizo temblar los cimientos de la casa en Javea, desprendiendo un poco la cal de las paredes. 

Teníamos la tormenta encima. Otra vez la gota fría. Volvería a pasar; la lluvia torrencial inundaría las carreteras y se iba a complicar la vida para todos.

Toc, toc, toc. Los golpes repetitivos en el cristal de la ventana, junto con las sombras que había visto comenzaron a inquietarme.

Me erguí y sentado en el borde de la cama, me levante a encender las luces para cerrar bien los postigos y comprobar que nada estaba fuera de su sitio, que estaba solo y que nadie golpeaba puertas ni ventanas del cuarto.

Ahora: Los chorros caen sobre las sillas de hierro de la terraza. Ya soy consciente del tiempo, del momento, estoy presente en esta realidad de resplandores, ruidos ensordecedores del agua golpeando los cristales, cayendo furiosamente en la terraza y martilleando los muebles metálicos del exterior.

Al fin escampa. Debo salir a por víveres. Cojo mi coche y me dirijo al pueblo de Javea. Comienza de nuevo la oscuridad por toda la zona. Las nubes negras pronto vuelven a descargar con mas furia si cabe. Y el agua hace difícil ya transitar por la carretera. Debo parar a repostar gasolina.

Cuando entro a la gasolinera de Repsol, un estruendo hace temblar la puerta del coche. Ha debido caer un rayo cercano. 

La luz de la gasolinera se apaga. Esta cortada la luz. Los surtidores no funcionan, solamente bombeando a mano.

Siguiendo las instrucciones del empleado, que, ni tan siquiera sale de su cabina, consigo, tras forcejear con las mangueras, ponerme yo la gasolina. Debo hacer el esfuerzo de bombear los 20 litros de mi pequeño coche. Pido al escondido empleado el libro de reclamaciones y salgo pitando, para alejarme de la costa. El agua ya esta casi a la altura de las puertas y el coche abre una brecha en el agua como si fuera un fueraborda, levantando olas a cada lado de la carretera.

Cuando comenzamos a subir al alto, la carretera es ya mas transitable y miramos atrás , aliviados de la que nos hemos salvado.

Hubo inundaciones, alertas y la gente se quedo encerrada en sus casa, siendo rescatadas por zodiacs de la guardia civil.

Que vacaciones tan movidas!!!


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