La chaqueta

En la esquina del hall de entrada, estaba la chaqueta.

Tendida en un baul-perchero, sobre cuya tapa curva siempre se dejaban los abrigos y chaquetas que se amontonaban unos sobre otros cuando venia mucha gente a casa. Y dependiendo del dia, la chaqueta estaba mas alta o mas baja, mas escondida o visible en primer plano, muy azul, muy plisada en las mangas, limpia. Era el must de la elegancia; pero es que esta chaqueta, ademas, tenia poderes, es decir quien se la pone, aun hoy en dia, se transforma.

Un dia, un amigo de mis tios, escritor con aire bohemio y ojos electrificados por la fiebre creativa, pelo rabiosamente alborotado, y muy delgado, vino a vernos, dejo al entrar su chaqueta blazer azul, tirandola descuidadamente sobre el resto de abrigos y chaquetas que ese dia eran muchas por la reunion.

Cuando salio, peturbado por las tertulias, y con los ojos ya mas tranquilos y opacos por los opiaceos, cogio la chaqueta equivocada.

El cuello resplandeciente asomaba con limpieza y orden entre el resto, pidiendo que una mano la recogiera y pudiera ejercer de nuevo su fantastica funcion. M. se la colgo al hombro primero para despues ponersela, mientras salia de casa a grandes zancadas.

Cerro la puerta tras de si y salio a la escalinata de piedra de la entrada principal, mientra sacaba las llaves de su coche.

Al moverse noto como una luz potentisima le cegaba, y sintio que flotaba.

Estaba en una calle de Nueva York y de pronto se vio a si mismo abrazando a una bellisima joven, el era distinto, se encontraba extrañamente emocionado

.
Y ademas estaba sin chaqueta. La tenia a lado, echada sobre una caja de madera clara, de esas que se usan para transportar obras de Arte. Estaba en SOHO logicamente, penso

La chica se apretujaba contra su cuerpo y notaba su deseo crecer. No podia seguir ahi, se dijo, estaba en realidad saliendo de la casa. Su cuerpo no queria despegarse de esa sensacion , dura,caliente y apremiante, pero su cabeza , aun, respondia a la razon.

Como puede ser?- pensó.

La chica le miro sorprendida cuando soltó su cuerpo retirando la manos y los brazos, echándose atrás súbitamente:
- Sorry who are you?-le dijo.-mientras miraba inquisitivamente alrededor, fijando su vista en la chaqueta, que, vio con horror, que no era la suya. Mario era muy presumido.

 No era logico pensar en eso, pero los opiaceos le provocaban una divergencia racional, tenia la sensación de pensar doble, en un sentido y en otro, no teniendo mucho que ver un pensamiento con el otro, incluso eran imágenes especulares ; dos opuestos, uno reflejo inverso del otro. Si movía un brazo, se levantaba el otro y así, totalmente todo su cuerpo. Esto era como Alicia a través del espejo. Pero con unas gotas de Alicia en el Pais. Se despidió de la sorprendida (y excitada) chica.

Cuando giro sobre si mismo, con la chaqueta en la mano, esta de pronto, le parecio familiar. ¿no la llevaba hacia unos años, en el año 82? cuando estrenaba, entonces, trajes, chaquetas, camisas, corbatas y por supuesto, zapatos.  Muchos zapatos, y de Broooks Brothers, no podian ser de otro sitio. Su tienda favorita en Madison. Pero..entonces ¿ en que epoca estaba?  Tanta duda le agotaba, se sento o mejor dicho se recosto en una escalera del Soho.....y dormito.

El zarandeo de sus hombros le sobresalto, mientras unas duras manos le cogian de los brazos, inmovilizandole hasta que le pusieron un capuchon, parecia una bolsa de plastico por el ruido.

La obscuridad era total.

El puñetazo en el estomago, le doblo en dos y luego solo pudo sentir el siguiente golpe en el bajo vientre, la descarga en los genitales le hizo chillar y predio , afortunadamente el conocimiento.

El eco palpitante del golpe se fue progresivamente apaciguando, pero el solo oía las pisadas.

Era como un chapoteo sobre charcos del suelo desigual de Manhattan.

Ya recordaba que no eras un neyorkino de verdad si no le atracaban, al menos, una vez.

Intento zafarse de la bolsa pero en esa posicion, ya tumbado y con los brazos ateridos por el abrazo, solo conseguia moverse como un saco de patatas.

Los pasos ya se alejaban y un grito le saco de su estupor. Cuando le quitaron la bolsa de la cabeza, vio que le habia robado la chaqueta. Y la cartera y el cinturon, y.......!menos mal que aun conservaba el pantalon!.

Por supuesto, sus zapatos de Piel de Potrillo marron, limpios como una patena, brillantes y que solo pisaban las mullidas alfombras de su oficina en wall street, los bancos, o 'La Naviera'  en Park Avenue, se habian perdido en la trifulca.

Pero , mas se perdio en cuba. O eso contaba su madre. Y era, en efecto verdad.

Las fotos que le habian enseñado en la casa, en los sepias de la epoca, de  la finca de azucar en camaguey. que como las cuentas del gran capitan, se habian perdido en los albores del tiempo, solo quedaban los largos libros de contabilidad, tanta ausencia le dolio.

Pero si se habia perdido. La sensacion de que todo lo que le habian contado era verdad, de que no se podia volver atras, le atenazaba la garganta, que por otro lado sentia seca como un papel de lija.

Entonces vomito.

La mano que le tendian era amiga. El grito era real. Se habia caido por las escaleras de piedra de la casa y el chofer tras el grito, le ayudaba a levantarse.La cahaqueta , nunca se la puso. La chaqueta no existia. El dolor de cabeza producto de los opiaceos se agudizo.

La carcajada fue general, Se habia caido a la salida de aquella fiesta y fue la comidilla del pueblo durante mucho tiempo.


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